León de biblioteca

Diversión y ternura asegurados

León de biblioteca. 
Autora: Michelle Knudsen.
Ilustrador: Kevin Hawkes.
Ed. Ekaré, 2007.
42 páginas. Tapa dura.

Hay herramientas narrativas que casi siempre funcionan con los niños, como es la de humanizar a sus animales favoritos hasta el punto de que participen de la vida cotidiana como una persona más. Algunas personas encuentran confuso e incluso irresponsable el mensaje de que cualquier animal salvaje pueda ser civilizado y manso (excepto el lobo, supongo), pero tampoco nos pongamos alarmistas: los accidentes trágicos con niños pocas veces tienen que ver con el hecho leer libros. Y, literariamente hablando, está claro que hay pocas cosas tan divertidas como que dos elementos aparentemente dispares de pronto sintonicen a la perfección: en este caso un león y el escenario de una biblioteca de las de toda la vida.

De eso mismo trata este álbum, escrito por Michelle Knudsen e ilustrado por Kevin Hawkes, ambos conocedores y amantes de las bibliotecas, algo patente en cada página. Un león irrumpe en uno de estos maravillosos templos de los libros, atraído por la paz, el olor y el silencio de sus instalaciones.

Es casi imposible no sucumbir al encanto de esta historia ya desde el surrealismo de su planteamiento: Como no hay prohibiciones expresas que aludan a la presencia de leones, no se le puede impedir la entrada, siempre que respete las normas de la biblioteca. ¿No es genial? Pero será precisamente la vulneración necesaria de una de ellas, lo que marcará el punto de giro de la historia y proveerá una moraleja de tolerancia, amistad y sacrificio.

En cuanto a las ilustraciones, están sabiamente planteadas para que el niño se entusiasme con la idea del león como peluche tamaño XXL, mullido cojín para la hora del cuento, divertido medio de transporte dentro de la biblioteca y, en definitiva, mascota compartida.  

Pero hay algo más por lo que creo que León de Biblioteca es un clásico que debería estar en la librería de cualquier casa con niños: La parte más emotiva de la historia no recae en los niños, como cabría esperar, sino en la Señora Plácida, una mujer con aires de Señorita Rottenmeier de Heidi que, si bien al principio apunta ser la villana de la historia, resulta que acaba siendo, junto a su peludo amigo, una protagonista verdaderamente tierna.

Huelga decir que el escenario en que se enmarca el cuento es ideal para que los niños se familiaricen con el ambiente de una biblioteca y/o se sientan atraídos por experimentar las mismas sensaciones que siente el león al visitarla y que no son otras, que los recuerdos que todos guardamos en nuestro ADN infantil, cuando visitar una biblioteca era un acontecimiento.

Deja un comentario